Casa Vii Las Relaciones

Casa VII: Las Relaciones

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Casas De Aire | Casa Vii: Las Relaciones | Astrología

Triángulo: Relaciones
Elemento: Aire
Cualidad: Angular
Hemisferios: Superior-Occidental
Signo: Libra
Opuesto: Casa 1

La Casa VII es la opuesta a la Casa I y su cúspide marca el Descendente, que es el signo que se pone por el horizonte en el momento del nacimiento y que significa el encuentro con los demás.

Asociada a Libra, representa las relaciones con otras personas que implican compromiso o cooperación. Matrimonio, contratos, sociedades y asociaciones tanto materiales como espirituales.

Es la forma en que establecemos contacto con el tú eres, opuesto al yo soy asociado a la primera casa.

Es también la casa de los enemigos declarados, de las separaciones y del trato con el público.

Los planetas situados aquí hablan de nuestra capacidad para mantener este tipo de relaciones y del tipo de personas que buscamos para ellas.

Las Relaciones

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La Casa 7 también es conocida como la “Casa del Matrimonio” y como la “Casa de los Enemigos Declarados”. Aquí, “matrimonio” se entiende como cualquier tipo de relación que implica un compromiso a lo largo del tiempo, como el matrimonio en sí mismo, una relación comercial, asociaciones, contratos, negociaciones, diplomacia, acuerdos y enemigos declarados.

La Casa 7 también rige los negocios con extranjeros, las relaciones entre países (amigos u hostiles), asuntos políticos o comerciales, divorcios, litigios y asuntos diplomáticos en general.

El Descendiente, punto más al oeste en la carta astral, desaparece cuando nacemos. Entonces parece ocultar lo que hay dentro de nosotros. Refleja lo que creemos que no somos, lo que no queremos admitir que existe en nuestra personalidad. Para la Astrología, las cualidades que buscamos en las relaciones (descritas por los planetas y signos presentes en la Casa 7) representan lo que rechazamos en nosotros mismos pero que, de alguna manera, necesitamos integrar en nuestra personalidad para sentirnos completos.

Entonces, como no los reconocemos en nosotros, busquemos en otros. En las personas con las que buscamos relacionarnos. Por ejemplo, si tenemos un espíritu emprendedor, pero no tenemos vocación por los números, tendremos que buscar un socio comercial con capacidad reconocida para los cálculos y las finanzas.

Es un complemento, una mejora de nuestras capacidades, buscando a alguien que nos complete y nos ayude a evolucionar y alcanzar nuestros objetivos. Después de todo, cuando cooperamos con otros, hacemos contratos y asociaciones, también nos estamos ayudando a nosotros mismos.

En la Astrología tradicional, el signo Ascendente se considera la “autoconciencia” y el signo Descendente como “la conciencia de los demás”. La casa 7 describe nuestras relaciones, las cualidades que buscamos en nuestra pareja (amor, amistad, trabajo) y las experiencias que necesitamos vivir para comprender el significado de los demás.

Los Planetas

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EL SOL: Indica una gran necesidad de admirar (o rechazar) a los demás, por lo que los demás nunca les pasan desapercibidos. Al elegir pareja tiende a proyectar la figura del padre en el otro, necesita admirarle, por lo que a menudo dará un matrimonio con una persona importante por algún motivo, o que tome decisiones por él. Algo que logrará con facilidad si está bien aspectado. 


Cuando está mal aspectado indicará lo mismo, pero de forma problemática, llegando a menudo al choque de egos, o al “conmigo o contra mí” por puro orgullo, por lo que puede granjearse rivales y enemigos, u ofenderse fácilmente. Debe aprender a tomar decisiones individuales e independientes, olvidándose del orgullo al relacionarse con los demás, que tienen sus propios problemas. 

LA LUNA: Indica una gran necesidad de atención, aceptación y protección de los demás, por lo que puede parecer inseguro en la relación. Otorga una gran capacidad de comunicación de los sentimientos y de compartir un estilo de vida. Por esto supone a menudo matrimonios sentimentales o de un gran apego y vida familiar, aunque inestables por ser muy sensibles a las variaciones en el estado de ánimo. A menudo indica un cónyuge sentimental o muy emocional. 

Cuando está mal aspectado puede dar individuos agobiantes, que precisan atención y protección continua, que los demás hagan de “madre” y acapararlos completamente. Debe aprender a aportar siempre algo al asociado, y a permitirle una cierta independencia y no cargarle de responsabilidades. 

MERCURIO: Indica el predominio de la razón a la hora de unirse a los demás, aunque no necesariamente indica una persona calculadora en sus asociaciones. La comunicación verbal, ya sea oral o epistolar, es muy importante en sus asociaciones, que serán múltiples y variadas. El individuo tendrá varios asociados e íntimos, pero esto no indica poligamia ni infidelidad, sino varias relaciones de distinto tipo. A menudo indica un cónyuge intelectual, inteligente o ingenioso. 

Cuando está mal aspectado, sus asociaciones estarán expuestas a la malinterpretación, la agresividad verbal, la irresponsabilidad, el escepticismo, engaño, manipulación, etc. , que el sujeto atribuye a los demás, sea cierto o no. Por esto, estará expuesto a rupturas, divorcios, etc. Debe aprender a percibir y comunicar los sentimientos mediante la mirada, la sonrisa y otros recursos del lenguaje no-verbal, ya que las palabras nos impiden a menudo ver los sentimientos, pudiendo incluso distorsionarlos y darnos una falsa impresión.  

VENUS: Busca compartir la felicidad, el gozo y un cierto sentido estético. Buscará un cónyuge elegante, tolerante, bello o bien educado. Sopesará la opinión de su pareja y nunca actuará hacia ella de manera impositiva, por lo que suele dar matrimonios muy equilibrados, casi ideales, al menos en apariencia.
Cuando está mal aspectado el sujeto puede tener problemas por dar más importancia a las apariencias a la hora de elegir pareja que a los vínculos profundos que pueda haber entre ellos. O bien puede buscar una pareja tan ideal que podría no existir, pues le cuesta aceptar a los demás con sus defectos. Debe aprender a ser exigente en lo que realmente le interese de su pareja, y exponérselo claramente. Y también debe aprender a aportar algo o sacrificarse por la persona amada cuando sea pertinente, ya que la búsqueda del placer en la asociación puede hacer que el sujeto olvide aquello que los demás esperan de él. 

MARTE: El sujeto busca compartir acción y experiencias con su pareja o asociado. Bien aspectado supone un matrimonio temprano, dinámico y con una gran franqueza en la relación. La actividad conjunta es muy importante para él y si no hay acuerdo puede surgir la rivalidad. No es raro que sus uniones estén salpicadas de episodios en los que uno le lleva la contraria al otro, discusiones acaloradas y peleas. Tiene las cosas tan claras y quiere actuar tan rápido en pareja que a menudo tenderá a imponerse, ser demasiado exigente o atribuir estos papeles al cónyuge, que podría ser, o parecer, celoso, autoritario o agresivo. 

Cuando está mal aspectado supone asociaciones precipitadas o poco meditadas, matrimonios demasiado precoces, uniones improvisadas que acaban tan rápidamente como empezaron, a menudo con episodios de maltrato o violencia, ya sea verbal, física o emocional. Debe aprender a moderar sus exigencias, ceder o ser más tolerante con el cónyuge o asociado. También debe aprender a ser más independiente, y permitir mayor independencia a su pareja, cuando ésta no opina lo mismo que él, en lugar de rivalizar o tratar de imponerse. 

JÚPITER: El sujeto busca compartir convicciones, o una filosofía de vida, con su pareja o asociado. Es capaz de recurrir a “tretas y disfraces” para atraer a su pareja, dentro de un respeto por sus propias ideas, por lo que no tiene porqué ser mezquino en esto; simplemente está muy seguro de sí mismo cuando desea atraer a alguien, y no tiene ningún miedo a quedarse solo. Bien aspectado supone un matrimonio honorable y fiel. Al menos uno de los dos miembros de la pareja puede ser extranjero, o un filósofo, o religioso, o una persona rica, generosa. De alguna manera, la vida de pareja será beneficiosa para ambos. El matrimonio, a menudo religioso, se producirá a una edad intermedia. 

Cuando está mal aspectado puede indicar infidelidad y problemas legales con la pareja (y también con los rivales). A veces, como en el caso de los mitos de Zeus y Hera, uno de los dos miembros de la pareja puede adoptar un papel de infidelidad con frecuentes devaneos amorosos. De cuando en cuando se invertirán los papeles, y será entonces el primero el que se quejará de la actitud del segundo. Debe aprender a disciplinarse y considerar que puede ser exigido por su pareja, olvidándose de trucos y excusas; ya que, al actuar de determinada manera, automáticamente otorga a su pareja el derecho de hacer lo mismo que él.  

SATURNO: El sujeto busca seguridad y estabilidad en su pareja. Tiene miedo a quedarse solo, o a arriesgarse en sus relaciones de pareja, o con la persona equivocada, por lo que se casará tarde (a menudo con un matrimonio civil), o con una persona mayor o muy responsable; o esperará el tiempo necesario, a veces tanto que se quedará soltero, sobre todo si está mal aspectado. 

Cuando está mal aspectado, la unión puede ser demasiado poco apasionada, o demasiado calculada, o con una persona inadecuada o “defectuosa” en algún sentido; incluso enviudará o será abandonado por su pareja. También, en otro orden de cosas, puede indicar procesos judiciales problemáticos y prolongados con los rivales. Debe intentar no exigir tantas seguridades a su pareja, que puede sentirse un tanto asfixiado por esta relación. Además debe comprender que el riesgo, aunque sólo sea en pequeñas dosis, es necesario para crecer y evolucionar. Debe intentar perder el miedo en las relaciones personales, sobre todo el miedo a una relación emocional demasiado profunda.

URANO: El sujeto busca innovación en su pareja y precisa que ésta le resulte original por algún motivo. Tiene miedo a perder independencia al comprometerse, por lo que a menudo preferirá una relación libre o tenida de amistad, sin compromiso legal. Si se ve en una situación en la que ha de elegir entre la libertad y el mantenimiento de una unión o compromiso, siempre elegirá la primera. Necesita sentirse independiente en toda relación.  

Cuando está mal aspectado, el individuo puede cometer el error de comprometerse con alguien que, por cualquier motivo, acaba resultando más posesivo y exigente de lo que él pensaba, o simplemente más aburrido o limitante en cualquier sentido. La tensión puede irse acumulando y llevar a una situación de divorcio o ruptura brusca. A menudo es demasiado individualista en la relación o resulta difícil contar con él para cualquier cosa. Debe comprender que toda unión implica un cierto nivel de compromiso y que sí nos debemos a nuestra pareja por algún motivo. Debe evitar el resultar demasiado desagradecido o desapegado; y ser consciente del nivel de compromiso que está dispuesto a asumir antes de llevar a cabo toda unión o contrato.  

NEPTUNO: El sujeto busca algo muy especial en su pareja, algo que trascienda los condicionantes de una relación convencional o que tenga algo de novelesco, por más que el sujeto casi nunca sabe exactamente lo que busca en su pareja. Aunque no resulte original en ningún sentido, precisa ser “iluminado” o “redimido” por su pareja (o bien iluminarlo o redimirlo). Necesita idealizarlo y probablemente le consienta cualquier cosa. No necesita ni igualdad, ni condiciones objetivas o materiales adecuadas. El realismo y espíritu práctico están ausentes de la relación cuando Neptuno domina esta casa (y si hay algo de ello, el sujeto no lo valorará). Su desprendimiento le puede llevar a las más altas cimas del amor en algunos casos, o a una situación miserable en otros. Su problema al enamorarse consiste en seguir siendo él mismo.  

Aunque el cónyuge puede ser una persona muy refinada o de una sensibilidad especial, es fácil imaginar el resultado de estos planteamientos cuando Neptuno se halla mal aspectado en esta casa. No es infrecuente un cónyuge alcohólico, con problemas psicológicos o con unos condicionantes tales que lleven la relación a un cierto nivel de caos. Su falta de realismo puede llevar a que incluso se aprovechen de él o resulte explotado. Debe aprender a ser más exigente y autónomo en la relación, desde el inicio de ésta; y, sobre todo, no perder el respeto a sí mismo por amor. 

PLUTÓN: El sujeto busca inconscientemente un aumento de poder o un cierto grado de crecimiento personal en la relación. Será exigente pero también estará dispuesto a ser exigido. Siempre huirá de la frivolidad en el compromiso y no se dejará llevar por las apariencias. Se sentirá profundamente vinculado a su pareja, a la que amará apasionadamente.

Cuando está mal aspectado, el nivel de exigencia puede llegar a ser excesivo o asfixiante, o dar lugar a celos destructivos. Por algún motivo la relación puede llegar a romperse de una manera más o menos trágica o injusta. Debe aprender a dejar hacer, desconfiar menos y limitar su nivel de exigencia con el cónyuge, así como las obsesiones en asuntos de pareja (y también con los enemigos o rivales). 


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